El continente antártico cuenta con una vasta producción arquitectónica que de manera sistemática y creciente ha ido configurando un nuevo paisaje, donde arquitectura y naturaleza dialogan de un modo único y particular. De forma contemporánea a la mayor producción arquitectónica antártica, es decir principalmente durante el siglo XX, en el campo de la Historia de la Arquitectura la atención se encuentra puesta en la Modernidad, más específicamente en lo que se ha definido como el Movimiento Moderno. Tántalos aspectos ideacionales como los formales presentes en la Arquitectura del Movimiento Moderno pueden ser identificados en gran parte de las arquitecturas antárticas producidas durante los siglos XX y XXI. El rol protagónico otorgado a la función en los espacios y las materialidades arquitectónicas antárticas puede ser fácilmente observado tanto en las bases científicas diseñadas y construidas entre las décadas de 1950 y 1960, y en las bases científicas desarrolladas recientemente donde los aspectos formales muestran un diálogo casi directo con las arquitecturas del Movimiento Moderno y sus revisiones posteriores. En el año 1926 Le Corbusier y Pierre Jeanneret sintetizarían su propuesta estética y técnica en el manifiesto “Cinco puntos hacia una Nueva Arquitectura”. Si bien es posible identificar fácilmente en distintas arquitecturas antárticas el uso de pilotis -Ferraz, Princess Elisabeth, Bharati, Neumayer III etc-, el use de un techo plano; el libre diseño de la fachada, e, incluso, la presencia del aventajamiento horizontal y corrido, las razones para el uso de este conjunto de saberes técnicos parecieran diferenciarse de aquellas motivaciones expresadas por los arquitectos del Movimiento Moderno. En el continente antártico puede ser entendido como una búsqueda de generar el menor impacto posible sobre el suelo y el entorno natural en respuesta al Protocolo de Protección Ambiental -Jang Bogo-, como una estrategia para lograr la implantación en terrenos complejos como plataformas de hielo que presentan una dinámica intensa y cambiante -Halley VI-, así como una estrategia para extender la vida útil de una arquitectura. Tal es el caso de la estación alemana Neumayer III donde se utilizaron pilotis hidráulicos que evitan la acumulación de nieve, reduciendo la presión de esta sobre la estructura y evitando así su deterioro temprano.