Este artículo se enfoca en los aspectos históricos, nacionales y culturales de los topónimos bolivianos. Los materiales que han servido como objeto de análisis han sido diversos mapas de la República de Bolivia, diccionarios nacionales y bilingües, textos y discursos de diversos tipos, lo que proporcionó un corpus de 300 unidades. El origen, la motivación, la estructura morfológica y semántica de topónimos bolivianos se analizan desde el punto de vista semiótico, lo que permite evaluar su papel en la visión del mundo de los bolivianos y el de contactos de lenguas y culturas en Bolivia. Una atención especial es prestada a los gentilicios bolivianos. Se ha podido ver que la toponimia boliviana forma un sistema toponomástico autosuficiente y flexible que está en constante evolución. Presenta rasgos universales de la toponimia hispanoamericana, sudamericana y andina al mismo tiempo. Contiene voces autóctonas que forman su sólido sustrato indígena -quechua y aimara, en primer término-, voces de la época de la conquista del país por los europeos, nombres geográficos surgidos en la época de la independencia de Bolivia que -al igual que en otras toponimias hispanoamericanas nacionales- permiten diversas combinaciones. También se presentan los resultados del análisis de la productividad de los sufijos usados para derivar los gentilicios bolivianos.